jueves, 22 de septiembre de 2011

Me encantaría que mi vida fuese como un album de fotos. Podría elegir mis mejores momentos en la cima, podría arrancar todas esas fotografías donde lloré hasta agotarme, podría reír a carcajadas y reirme de mí misma, también podría deshacerme de todos mis malos momentos y quemarlos para olvidarlos y no superarlos... Pero eso sería demasiado fácil
Caminar sin rumbo fijo, pero con una idea clara: No volver a llorar
De pequeña me preocupaba mucho qué llegaría a ser yo de mayor:
 cuánto dinero ganaría o si llegaría a ser alguien importante.
Pero a veces, lo que más deseas nunca se cumple;
y a veces lo que menos esperas que suceda, ocurre.
Conoces a cientos de personas y ninguna te deja huella.
Y de repente conoces a una persona y te cambia la vida para siempre
ahora me enamoro y sufro por hacerlo.
Ahora hay gente que no me habla porque no soy como ellos.
Ahora veo como se nos considera menos por ser mujeres.
Ahora veo como cuesta encontrar un amigo que no te critique por detrás, que de
verdad este para todo, veo como todos quieren un amigo
pero pocos se esfuerzan en ser uno.
Al cabo de un tiempo te arrepientes de todo lo que pasó en ese momento, deseas que nunca hubiera pasado; y entonces, ya es demasiado tarde para cambiar la historia, y quizá haya sido mejor que pasara porque era la única manera de darte cuenta de lo que sientes y que solo tenemos una vida y hay que disfrutar cada segundo al máximo... que si nos pasamos la vida pensando en lo que está bien o lo que está mal, nunca conseguiremos disfrutar del momento
Si me cansé de esperar, fue porque el tiempo no curó ninguna herida.
Si me cansé de hablarte, fue porque nunca respondías.
Si me cansé de quererte, fue porque nunca me correspondiste.
Si me cansé de mirarte, fue porque nunca me devolviste la mirada.
Si me cansé de abrir mi corazón, fue porque nunca logré entrar en uno.
Si me escapé, fue porque no veía nada bueno en mi camino.
Si me escondí, fue solamente porque le temo a este sentimiento.
Tuve que volver al pasado para entender mi presente